Ha llegado a mis manos está imagen de internet y he pensado que venia muy bien con el tema del que os quiero hablar hoy.
Esta foto refleja como el vuelo de unos pájaros puede lograr que el paisaje sonría y ello a pesar de la nieve helada que cubre la tierra y ese horizonte rojizo que tiñe el fondo , con unos árboles que se elevan hacia el cielo , como para dar las gracias y yo me digo, si la naturaleza puede sonreír, también podemos hacerlo nosotros. ¿ No os parece?
Acorde con lo que estoy diciendo me viene una historia que suelo contar en mis clases de formación y que gusta mucho a mis alumnos, cuando la estoy escenificando.
En un pueblecito , habia una casita abandonada que tenia una verja de madera muy bonita y que este dia el viento movia como invitando a pasar dentro del jardin. Bien, pues ese mismo dia pasaba por allí un perrito que cómodamente entró por la verja y vió un agujero que le permitia entrar dentro de la casa. El perrito subio unas escaleras y se encontro con una puerta semiabierta. El perrito cuidadosamente entro en la habitación.
De pronto , vió que en esa habitación habian 100 perritos que le observaban al igual que él los observaba a ellos. El perrito estaba contento y empezó a mover la cola , al tiempo que levantaba las orejas , ahora una, ahora la otra y los otros perritos hacian los mismo. Sonrió y dijo guauuuu, y los otros perritos también sonreían y decían guauuuuu.
Salió de la habitación y dijo para si , que lugar tan bonito que he encontrado y que perritos más simpáticos, Volveré otro día.
Unos días más tarde, paso otro perrito , que realizó los mismos pasos que había realizado el primero. Lo que pasó fue completamente diferente. Este perrito al entrar en la habitación y ver a los otros 100 perritos se sintió asustado y vio que lo estaban mirando agresivamente y claro, empezó a gruñir y claro, los otros perritos también gruñían, El perrito tenia todos los pelos del cuerpo erizados y los otros perritos también. Decidió marcharse, mientras se repetía este lugar no me gusta nada, no volveré mas.
¿Sabéis que nombre tenia la casita ? Pues se llamaba la casa de los 100 espejos. Por eso dependiendo de la actitud del perrito que el espejo tenia enfrente, aparecía un rostro amable y sonriente, o gruñón y enfadado.
Y me preguntareis ¿ a que viene esta historia?
Pues muy fácil, nuestros rostros son espejos. Ahora te toca a ti, decidir que cara vas a mostrar a los demás. Yo soy del parecer que una sonrisa vale más que 100 palabras. A por la sonrisa.
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